Los cuidados básicos de la vejez
La atención básica a la vejez comprende todos los procesos de asistencia prestados por terceros a las personas mayores. El proceso natural de envejecimiento trae consigo una serie de dependencias adicionales. Físicas y/o psíquicas, por causas anteriores no relacionadas con este normal deterioro producido por la edad y el paso del tiempo (diversidad de funciones psicomotrices, herencia, enfermedades crónicas y/o degenerativas,…).
Generalmente, la propia familia será la encargada de brindar estos cuidados básicos en la vejez. Incluso con el apoyo del entorno o partes del entorno, uno de los integrantes suele ser el referente principal sobre el que recae la mayor parte de la responsabilidad. La atención a las personas mayores debe centrarse en tres niveles básicos, y las necesidades de las personas mayores siempre deben ser atendidas y atendidas adecuadamente:
Programa Físico que incluye una buena atención a los adultos mayores en cuanto a higiene personal, manejo/control de medicamentos, nutrición, hidratación, cuidado de la piel, uñas y ojos, movilidad (ejercicio, traslados, cambios posturales), promoción y respeto a la autonomía individual. La planificación mental incluye la estimulación psicológica y emocional de las personas, la observación de los cambios en el comportamiento y las emociones habituales, la evaluación del estado y la calidad del sueño y los posibles cambios. Programa Social Incluye incentivar a las personas a mantener relaciones sanas y activas, manteniéndose activas y comprometidas, apoyando su autonomía, costumbres y gustos personales, asegurándose de estar en su lugar en el espacio y en el tiempo, y trabajando la memoria, enfatizando la memoria y la experiencia reciente.
Puntos principales de los cuidados básicos
Estos son los puntos que debemos considerar para asegurarnos de brindar atención esencial a los adultos mayores. No olvides que cada uno es igualmente importante:
1. Higiene corporal ducha o baño en la cama, cuidado del cabello, cuidado bucal, cuidado de los ojos, cuidado de los oídos, cuidado de la nariz, afeitado y/o depilación, cuidado de las manos, cuidado de los pies y ropa.
2. Cuidado de la piel Prevención de la aparición de úlceras por presión, cuidar las zonas del cuerpo más sensibles que favorecen su aparición, y cuidados de las mismas cuando lo hacen.
3. Alimentación Proporcionar una alimentación saludable, rica y equilibrada en grasas, hidratos, proteínas, vitaminas, minerales y fibras, adaptada a las necesidades de la persona.
4. Funciones digestivas y de eliminación: Mantener unas óptimas funciones digestivas a través de una alimentación correcta y personalizada, y detectar posibles problemáticas (laxitud, estreñimiento, incontinencia urinaria).
5. Prevención de riesgos Prestar atención a los factores que pueden provocar caídas y tratar de prevenirlas.
6. Actividad y estimulación física y cognitiva Cuanta más actividad y estimulación física y cognitiva tengan nuestros adultos mayores, mejor será su calidad de vida. A través de la actividad y la estimulación, podemos prevenir la incapacidad física y el deterioro mental.
7. Descanso y sueño Promueva una buena higiene del sueño estableciendo un horario, previniendo estimulantes y factores estresantes antes de acostarse, evitando cenas abundantes y durmiendo inmediatamente después de comer, y fomentando la relajación (oración, meditación) para promover la relajación, la lectura, escuchar música, …).
Deja una respuesta